Los smartphones son maravillosos, nos distraen, nos ayudan, nos enseñan, son un todo en uno, una navaja suiza para lo que queramos, incluso para hacernos quedar mal. Bueno, no propiamente los teléfonos pero sí los autocorrectores.
Seguro les ha pasado alguna vez que se les va mal una, o varias palabras…o a veces son tan crueles que cuando te quedas tratando de escribir bien, siguen y siguen saliendo palabras que no tienen nada que ver, logrando momentos sumamente graciosos, aunque a veces incómodos.
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1: En la universidad no se c@ga por ahí
2: Qué tierno, no seas tan ¡hijo de fruta!
