Es imposible tan solo poder imaginar lo que sufren los perros cuando se encuentran encerrados. Además de pasar hambre, frio y demás incomodidades, también sufren la soledad y la indiferencia de quienes día a día los ignoran en la perrera. Sin embargo hay gente de buen corazón que adopta estos animales y al poco tiempo en su cara se ve de nuevo la alegría de vivir.
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- Los perros cuando están encerrados sufren depresión, ya que ellos necesitan liberar su energía. Desafortunadamente en estos lugares el espacio es tan reducido que apenas alcanzan a moverse. Si vas a una perrera no escucharás más que aullidos de dolor todo el día. Mira la cara de este perrito viviendo en libertad a diferencia de cuando vivía encerrado.
- Esta niña ahora tiene un mejor amigo, y por supuesto ahora el perro tiene un hogar, su cara ya no refleja miedo, al parecer recobró la fe en los seres humanos, quienes lo encerraron durante toda su vida.