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Cómo saber cuándo las personas mayores ya no son conductores seguros

A medida que las personas envejecen, sus cuerpos y mentes cambian.

Si bien muchas personas mayores son conductores perfectamente seguros, otros pueden experimentar dificultades que hacen que su conducción sea insegura.

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Puede ser difícil para amigos y familiares reconocer o admitir cuando un ser querido anciano se ha vuelto menos seguro en el camino.

Aprenda los signos físicos y mentales de cómo saber cuándo una persona mayor ya no es un conductor seguro.

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Señales de conducción insegura

Según los Centros para el Control de Enfermedades, a medida que uno envejece, aumenta el riesgo de lesionarse o morir en un accidente automovilístico.

Además, la tasa de accidentes fatales comienza a aumentar significativamente después de los 75 años y aún más si el conductor tiene 80 años o más.

Si bien parte de estas estadísticas de manejo para ancianos es atribuible a una mayor susceptibilidad a lesiones y complicaciones médicas, algunas también surgen de afecciones físicas o mentales relacionadas con la edad que afectan la capacidad de conducir.

Signos físicos

Si bien el envejecimiento físico no es una señal en sí misma de que una persona de la tercera edad no es segura al volante, puede proporcionar una causa para que sus seres queridos controlen la situación cuidadosamente.

Una serie de afecciones de salud relacionadas con la edad pueden dificultar naturalmente que alguien conduzca de manera segura.

La disminución de la flexibilidad puede dificultar la realización de una serie de funciones necesarias para una conducción segura, como girar la cabeza para verificar los puntos ciegos o retroceder, así como aplicar la presión adecuada al acelerador y a los frenos.

Esté atento a la incapacidad de girar la cabeza o el cuello, así como a la rigidez y debilidad en las piernas, los brazos u otras partes del cuerpo importantes para una conducción segura.

La mala vista ocurre naturalmente como parte del proceso de envejecimiento.

Si bien las pruebas de licencia requieren un examen de la vista, la vista en las personas mayores puede cambiar rápidamente entre renovaciones de licencias.

La discapacidad visual puede dificultar la visualización de señales de tránsito, así como otros vehículos o peatones.

Los problemas de la vista también pueden dificultar el juicio de las distancias.

Del mismo modo, problemas como la sensibilidad a la luz o la visión oscura deficiente pueden dificultar la conducción.

Los problemas de audición también pueden disminuir la seguridad al conducir.

Por ejemplo, una persona de la tercera edad con problemas auditivos puede perder los sonidos importantes necesarios para una conducción segura, como las sirenas.

Los reflejos disminuidos ralentizan los tiempos de reacción. Al conducir, a menudo es necesario reaccionar rápidamente para evitar accidentes.

Esté atento a movimientos o reacciones notablemente lentos tanto dentro como fuera del automóvil.

Los problemas médicos también pueden reducir la seguridad de conducir.

Por ejemplo, los medicamentos pueden estar causando confusión mental u otras dificultades.

Signos mentales

En algunos casos, las personas pueden no estar lo suficientemente alerta mentalmente como para conducir de manera segura.

El olvido puede ser problemático cuando se trata de conducir. Si una persona mayor muestra signos de olvido, puede ser hora de volver a evaluar si debe tener una licencia o no.

La confusión también puede dificultar la conducción segura. Si la persona mayor parece confundida o nublada, entonces es probable que ya no sea seguro conducir.

La somnolencia también es una condición insegura para conducir.

Si una persona mayor tiene sueño la mayor parte del tiempo, corre el riesgo de quedarse dormida en el camino.

Del mismo modo, tener sueño disminuye los reflejos aún más.

Los cambios de comportamiento también pueden indicar que hay un problema de seguridad en la conducción.

Observe a la persona de la tercera edad en el automóvil y se asegure de que todavía tenga comportamientos como abrocharse los cinturones de seguridad y usar luces intermitentes.

Del mismo modo, tenga cuidado con la agitación, la confusión o los cambios de humor mientras conduce, lo que puede disminuir la seguridad.

Otros indicadores

Pueden ocurrir muchas otras cosas que indican que una persona mayor ya no es segura para conducir.

Los accidentes cercanos pueden ser una señal de que el conductor ahora no es seguro.

Si una persona mayor tiene varios de estos incidentes, puede ser el momento de reevaluar su seguridad al conducir.

Existe la posibilidad de que la persona mayor no informe estos incidentes, así que busque rasguños o abolladuras en su vehículo y pregunte la causa.

Según AAA, dos o más colisiones o casi accidentes en los últimos dos años pueden indicar que hay un problema.

Las infracciones de tráfico también pueden indicar que hay un problema.

Si bien un boleto o infracción poco común le sucede incluso al mejor conductor, si ocurren con alguna frecuencia, es probable que esté indicando que hay un problema de seguridad.

AAA establece que dos o más infracciones o advertencias en dos años pueden indicar una conducción insegura.

Perderse con frecuencia también puede indicar un problema. Muchas personas pierden el rumbo de vez en cuando.

Sin embargo, si el conductor informa que se pierde con frecuencia, o suele llegar tarde a citas o compromisos debido a la dificultad para encontrar el camino, entonces puede que no sea un conductor seguro.

Olvidar lo básico de la conducción es un indicador definitivo de que el conductor ya no es seguro.

Por ejemplo, si una persona de la tercera edad se confunde repentinamente con actividades de manejo comunes como encender las luces intermitentes o cambiar de carril, entonces puede ser hora de reevaluar la situación.

Monitoreo de conductores mayores

El tema de la conducción insegura para personas mayores está lleno de emociones para todos los involucrados.

Conducir es una forma importante para que las personas mayores mantengan un sentido de independencia.

Sin embargo, en algunos casos, los adultos mayores pueden experimentar reflejos disminuidos, visión deficiente, rango de movimiento reducido o lapsos mentales que hacen que su conducción sea insegura.

La familia y los seres queridos deben monitorear cuidadosamente a las personas mayores cuando sospechan que la persona ya no está segura detrás del volante.

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