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Cafés están eliminando el wifi para promover la conversación cara a cara ☕️

Las quejas sobre la falta de conversación en vivo y en directo son cada vez más frecuentes. Las personas viven más pendientes de sus teléfonos, de pedir la contraseña del wifi,  que de compartir con las personas que están con ellos y de disfrutar un buen café con una enriquecedora charla. ☕️

Es usual ver a las personas absortas, embobadas mirando las pantallas en lugares como restaurantes, cafés, parques, reuniones familiares y en todos lados. Lo que además es una falta de respeto con las personas que los rodean. Por eso, hay varios establecimientos que están luchando en contra del vicio por el wifi y quieren lograr que las personas vuelvan a conectarse, de manera real, con las otras personas.

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Es el caso de algunos cafés, donde se está prohibiendo el wifi para que las personas hablen entre sí. Mientras que en grandes cadenas de cafés como Starbucks puedes encontrar mucha gente, silenciosa, o sumergidas en sus computadoras y teléfonos, hay cafés en los que no ves un solo dispositivo y en cambio, te encuentras con gente hablando, bebiendo café, vino o lo que sea.

Los cafés, esos sitios de bohemia y conversaciones, poco a poco se convirtieron en oficinas de personas freelancers o independientes, que pagaban un café y se sentaban todo el día a trabajar en su pc, gracias al wifi. O como dijo una propietaria en España, «esto acabó pareciéndose más a una biblioteca«.

Por eso los cafés están en la tarea de combatir esto y recuperar las conversaciones.

En Canadá, Jimson Bienenstock dueño del café ‘HotBlack’, dijo a The New York Times que la lleva dos años sin Wi-Fi para que los clientes saquen su cara del computador y hablen entre ellos. «Es acerca de crear una vibra social, somos un vehículo para la interacción humana«.

Y no les ha ido nada mal. Aunque la primera reacción es de desconcierto al saber que no hay wifi, al final los usuarios lo disfrutan. En la página de reseñas de usuarios Yelp, este café solo tiene 4 (de 28) comentarios acerca de la falta de wifi, a la mayoría no le afecta.

Por otro lado, en Chicago (Estados Unidos) el café Kibbitznest también optó por esta tendencia y es una zona libre de wifi. En el lugar no se ve un teléfono, una tableta o un portátil. En su lugar, hay charlando, bebiendo algo, mientras los niños se sientan y comparten juegos de mesa.

Annie Kostiner abrió Kibbitznest con su marido «para aumentar la conciencia de la imbalance entre el uso de la tecnología y la comunicación cara a cara«. Kostiner dice que los clientes han sido muy receptivos al encontrar un espacio que les da un descanso de las pantallas.

«La gente está cansada de mirar a sus teléfonos,«, dice Joshua Mullenax, a un cliente que llegó al Kibbitznest buscando un lugar para trabajar en su computadora. «Cuando me di cuenta de que era una zona libre de Internet, amé la idea«.

Los propietarios de estos cafés están logrando retomar el objetivo original de estos establecimientos. Hay una teoría que dicen que los cafés son el ‘tercer lugar’. Después de la casa y el trabajo están estos sitios para ir, relajarse y hablar, son el tercer lugar.

No todos aceptan la ausencia del wifi, no entran y van en busca de otro café. Pero los que se quedan en este tipo de cafés lo disfrutan mucho.

«Todavía hay algunos que se enfadan cuando se lo decimos, pero, en general, la gente está contenta y nosotros también. El ambiente del local ha cambiado… a mejor«, comenta la propietaria del café Cometa de Barcelona (España).»Nuestras ventas subieron un 20% después de la desconexión«, explicaba a la BBC el propietario de un garito en Vermont que hizo lo mismo.

Y este efecto también sucede en latinoamérica. En Colombia hay restaurantes donde le piden a los clientes que guarden sus teléfonos en una caja mientras disfrutan de la comida. Imaginate que se acerque el mesero y diga algo como «¿Le parece bien si guardamos su teléfono mientras disfruta de su almuerzo?«, seguro lo pensarías dos veces antes de entregarle tu preciado teléfono a un extraño,pero así funciona el restaurante El Delirio.

Se conoce como el ‘cell parking’, o el ‘parqueadero de teléfono’ y ha sido realmente exitoso desde que comenzó en el 2013, en Santiago de Chile, por la empresa Viña San Pedro, creadora de Castillo de Molina.

Aunque es algo desconcertante para muchas personas, que buscan conexiones de wifi como si fueran un oásis en un desierto, la realidad es que los usuarios están disfrutando de la desconexión. Hablan con sus amigos, parejas, colegas, juegan con sus hijos y pasan momentos únicos de interacción real, cara a cara, en estos establecimientos.

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