Otra temporada de Outlander: otro salto hacia la reubicación por una nueva agitación política.
Después de cuatro años siguiendo este patrón, pensarías que el truco se haría trillado. Pero el drama de época de viaje en el tiempo podría haber encontrado su terreno más fascinante y fértil al cruzar el mar hacia la América colonial en su cuarta temporada.
Los Frasers reunidos desembarcaron en las costas de Estados Unidos después de la casi fatal excursión alrededor del mundo de la temporada pasada.
Y mientras la pareja ahora busca construir un hogar en la Tierra de los Libres, descubren que sus ciudadanos están mucho más atrasados que los hermosos pero peligrosos bosques que intentan domar.
Puede ser el prejuicio de conocer las situaciones que se viven en el país en el que Outlander se está estableciendo. Pero al profundizar en el sórdido subyacente de los violentos orígenes de Estados Unidos, el show nunca se ha sentido más relevante que en 2018. Esclavitud, genocidio de nativos americanos, los peligros de ser gay: Outlander Season 4 no duda en enredarse en los territorios más delicados del legado de este país.
Por supuesto, Outlander nunca evitó la incomodidad de cómo la historia puede chocar con las sensibilidades modernas.
Y es difícil decir que siempre cae en el lado correcto de la historia, o que considera por completo los complejos problemas que plantea. Un episodio particularmente angustioso encuentra a Jamie visitando a su tía Jocasta, propietaria de una plantación del sur y que presume de lo bien que trata a sus seres humanos esclavizados.
El episodio toma algunos riesgos audaces al mostrar las verdades más brutales sobre las decisiones imposibles que los esclavos tuvieron que tomar para sobrevivir.
El contexto cultural e histórico muy diferente de cada personaje (Claire es una mujer de una América en la cúspide del movimiento por los derechos civiles, mientras que Jamie experimentó la servidumbre y el genocidio como un montañes) agrega matices que solo Outlander podría aportar.
A través de Claire, observas esta confrontación muy personal con las raíces de las horrendas injusticias civiles de Estados Unidos y cómo luego se convirtieron en racismo moderno.
Pero la incomodidad de usar el dolor de los esclavos para crear interesantes dilemas morales para los dos protagonistas blancos del show permanece. Y a veces, todo se lee como la fantasía de creer: «Yo hubiera sido uno de los blancos buenos si hubiera vivido en ese entonces».
Con todo, sin embargo, esta temporada se siente como Outlander en su mejor momento.
Mientras que la relación de Jamie y Claire toma un segundo plano, después de haberse acomodado en las rutinas reconfortantes de un matrimonio largo, nunca se pierde de vista la intriga fundamental de la serie. La cual es ver el macro de revoluciones históricas y turbulencias, pero a través del micro de historias extremadamente humanas y personajes empáticos.
Si la temporada pasada fue todo acerca de viajar por el mundo para recuperar lo que perdiste, entonces la Temporada 4 cuestiona cómo echar raíces perpetuas para garantizar que eso no vuelva a suceder.
El show hace un hermoso trabajo al atarte a la misma tierra que Jamie y Claire trabajan tan duro para convertir en un hogar. Y es igual de tenso para los espectadores cuando las comodidades de un fuego crepitante en su hogar se ven interrumpidas por las amenazas constantes de que se las arranquen de las manos.
Los episodios 1 y 2 dan comienzo a la temporada con un inicio inestable, con una gran cantidad de situaciones y un exceso innecesario que pesa sobre su ritmo.
Pero poco después, Outlander vuelve a demostrar cómo puede reinventarse infinitamente en formas cada vez más drásticas, sin alejarse demasiado de su base fundamental. Este es un show que encuentra la alegría en ver no solo el mundo, sino también a los personajes en él que se transforman más allá del reconocimiento. En resumen, nos permite ser testigos de la vida y la naturaleza a medida que sigue su curso, lo que sigue siendo algo difícil de lograr con tanto éxito en un programa de televisión.
Esta nueva fase de Outlander es muy parecida a la nueva etapa de matrimonio de Jamie y Claire: reconfortantemente familiar, pero con nuevos e imprevisibles desafíos que siempre esperan en cada esquina.